Unconscious reality || Athenea L.

Miraba a su alrededor con ojos críticos pero emoción desbordante en su interior. Es que, sencillamente no podía creer que había conseguido llegar ahí después de tanto tiempo de trabajo incesante. Hacía apenas dos semanas de su arribo a Everynight, ya había iniciado las clases y aún no tenía lo que podríamos llamar "muchos amigos"; realmente no había hablado con nadie mas que los profesores en ese periodo de tiempo. No es que Lilian fuera una chica tímida o antisocial, pero todos en la academia le resultaban demasiado.... extraños de una forma bastante perturbadora y difícil de describir. Pero claro que eso no sería motivo para salir corriendo, se había esforzado demasiado para ahorrar y poder pagar su primer año en la universidad como para tirar todo por la borda por culpa de una simple e injustificada paranoia. No había que dejarse llevar por ideas injustificadas de gente-fenómeno.

Ese sábado Lilian tenía tarea hasta la coronilla, claro, solo a ella se le ocurría estudiar Ciencias Físico-Matemáticas pero ¿Y que? Le encantaban los números y las ecuaciones, cosa rara en una chica según muchos. La mayoría de los estudiantes habían salido de fiesta, no muchos se quedaban encerrados en la sala común un sábado por la noche, solo ella y su gigantesco libros de problemas de física. Estaba sentada en posición de flor de loto sobré un gran sofá blanco alejado de los pocos estudiantes que rondaban el colegio. Su cabellera pelirroja estaba amarrada en un moño bastante mal hecho y se notaban las pocas ganas que Lilian tenía de salir en su vestimenta: Un pantalón deportivo negro con una camiseta color menta, solo eso. Aunque claro que Lilian no era la chica que mas se arreglaba en el mundo.

Su ceño se fruncía ligeramente ante cada página que pasaba, no comprendía nada y eso la exasperaba. Su diminuto lápiz se encontraba acorralado entre sus dientes, esa era una manía muy suya, morder cosas. Soltó un bufido de molestia y alzó la vista mirando a su alrededor; una cabellera roja capto su atención, su mente le estaba jugando una muy mala pasada definitivamente.