un rayo de sol y un lago (Bianca&Ariadna)

Necesitaba aire, un espacio amplio, verde, en el que poder respirar y estar a gusto. Desde que había salido de Johannesburgo no había pisado nada verde, no había estado cerca ni de bosques ni rodeada por naturaleza y eso me hacía mella pues la necesitaba, me hacía sentir a gusto conmigo misma y con todo lo demás.
Había decidido pasar todo el día fuera, pues no muy lejos de la academia había divisado un frondoso bosque, un lugar perfecto en el que perderse y desinhibirse.

Tras vestirme, me calcé las botas, me daban un aire bastante duro y sensual, pues contrastaban bastante con el resto de mi vestimenta. Cogí el abrigo y terminado de meter las cosas en un bolso me fui a ver qué me encontraba en ese bosque.

Tarde poco en llegar, pues mi paso era bastante apresurado, quizá ansioso por llegar y respirar naturaleza, que entrase por todos los poros. Una vez que llegué empecé a vagar entre los árboles rozando algunas plantas y recogiendo flores hermosas. Cualquiera que me viese podría pensar que era una ninfa de los bosques.

De la que caminaba llegué a un pequeño lago con una cascada, una hermosa vista, y no pude evitar sentarme en la hierba a observarlo todo, con el ruido del agua cayendo poco a poco me iba relajando hasta que acabé tumbándome.

Tras un rato ahí tirada, relajada y feliz escuché un ruido, una rama crujir, y me puse alerta pero sin moverme, si era alguien lo más probable es que acabase en ese páramo y le vería desde mi posición.

Hacía un día hermoso, algo realmente extraño para tratarse de Londres.
Hoy era uno de esos días en los que la felicidad llenaban cada parte de mi ser. Lucas y yo nos habíamos mudado a vivir juntos en un departamento más cercano al centro de la ciudad.
Esa tarde él salía una hora después que yo de estudiar, por lo que decidí ir a dar una vuelta a los bosques de Evernight para hacer tiempo mientras lo esperaba.

Estaba realmente aburrida, y decidí probar algo que solo había echo antes con mis padres.
Con cuidado subí a uno de los enormes pinos. La vista desde ahí era absolutamente hermosa, me hubiera encantado poder hacer con Lucas algo así, poder enseñarle cosas que él no vería desde ahí abajo, pero llevarlo hasta ahi arriba era arriesgarme a que se entere lo que era, y eso no estaba en mis planes. Él era un human,. y como tal no se sentiría a gusto sabiendo que yo era mitad vampira.

Los sonidos de una persona caminando llegaron a mis oidos. Baje unas cuantas ramas de a poco. no quería realmente llamar la atención, pero cuando vi de quien se trataba baje la ultima parte de un salto, quedando agachada en cuclillas.

-Buenas tardes- comente con la mera idea de asustarla. -Creo que tu y yo tenemos una charla pendiente desde el dia de ... la discoteca- yo ya sabía mediante sus pensamientos, lo que ella era...

La aparición de una muchacha, la misma que había visto en el incidente de la discoteca, me dio la razón de que no era la única en ese maravilloso páramo. Suspiré y me incorporé por completo.
La sonreí, para que viese que tenía intenciones amigables, que no era una persona problemática pues no lo era y tampoco lo deseaba en ese momento.

- Buenas tardes - respondí calmadamente mientras la chica tocaba tierra, pues venía, aunque raro sonaba, de las ramas de los árboles, como un monito.

La miré sorprendida y enarqué una ceja, una charla? de que sería? no quise andarme con rodeos o chiquilladas y pregunté abiertamente el motivo de esa charla, aunque ni siquiera aún sabía el nombre de la muchacha. - Una charla? Acaso hice algo que no debiera hacer? - le pregunté extrañada, pues nunca llegué a entender todo lo que sucedió en ese callejón y esperaba que meterme en medio de esa situación no hubiera agraviado algún problema de la otra muchacha.

Me puse en pie y me encamine hasta quedar frente a ella. La muchacha me miró sorprendida, pero su expresión no denotaba ningún tipo de temor. La observe detalladamente, parecia una chica común y corriente, pero yo sabía que no lo era...

-Se lo que eres...- comenté recordando sus pensamientos de la ultima noche y leyendo los nuevos, que habían sido exactamente lo que acababan de confirmar mis deducciones.

-Una bruja....¿Hay más como tu aquí?- la intriga me estaba matando, tenía que saberlo. Y suponía que mi madre y la señora Lestrange estarían interesados en enterarse.
Me senté sobre el tronco de un viejo roble caido y me quedé pensando en que no estaba segura a cuanto alcanzaba el poder de las brujas, pero iba a averiguarlo... muy pronto.

Me dijo que sabía lo que yo era y me tensé ligeramente, esperaba que no fuese una cazadora de brujas o algo así, y sobre todo que no estuviese en problemas.

Me levanté para ponerme a su altura cuando dijo que sabía que era una bruja, suspiré, tanto se me notaba? Que había hecho para delatarme? – Sí, soy una bruja. ¿Cómo lo has sabido? – su siguiente pregunta me chocó, aún no había coincidido con ninguna otra, aunque tampoco había tratado con mucha gente en ese poco tiempo. – Pues no lo sé. Aún no trate con mucha gente. Recién llegué a Londres. – le confesé, al fin y al cabo no tenía nada de malo en contar la verdad.
La observé mientras me movía algo inquieta, ya sabía la verdad, pero no sabía que repercusiones tendría en mí. Acaso ella sería algo sobrenatural?

Esbocé una media sonrisa mientras camina a su alrededor. Necesitaba encontrar un patrón, algo que las definiera como brujas, para así darme cuenta si realmente había o no más de ellas.

-Saber cómo lo supe yo peligraría tu vida- y era verdad. En Evernight las reglas no eran un juego. La señora Lestrange acabaría con el primero que decidiera dar a conocer nuestra naturaleza vampirica a los humanos.

Según la chica no conocía más brujas en la academia, pero yo no me fiaba, por lo cual vigilaría muy bien la conducta de ella, esperando llegar a otras de su especie.

-No te haré daño, solo quiero saber cosas de las brujas. Cuéntame el poder de vuestros hechizos, ¿qué es lo más fuerte que podrían hacer?-

Pregunte mientras miraba mi reloj. En breve debería volver a la academia, Lucas estaría por salir, y moría de ganas por volver a verlo y llenarlo de besos.

Su respuesta me tensó aún más. ¿Quién narices o qué era? Lo único que esperaba es que no me hiciese nada, pues no quería utilizar mis poderes y desgastarme demasiado. Aparte que odiaba las peleas me hacían sentir interiormente de una manera extraña.

Me dijo que no me haría daño, aún así seguí con la guardia bien alta, no me fiaba del todo pues no sabía quien era. Al parecer quería saber cosas sobre nosotras, no sabía que contarla, pues era bastante recelosa sobre esos secetros.
- Preferiría no tener que revelar esos secretos, es algo que guardamos entre nosotras – No sabía si era la mejor respuesta, y por si acaso bloqueé mis pensamientos, gracias a la meditación resultaba fácil y siempre lo hacía cuando quería guardar mis secretos. Nunca sabía muy bien por qué.

La observé mirar el reloj, quizá estuviese esperando a alguien.

Podía oír los fuertes latidos de su corazón, no eran como los míos suaves y acompasados, los de ella sonaban como un tambor de orquesta anunciando una próxima acción.
El efluvio emanente de su piel me hizo saber que estaba temerosa.

La muchacha solo pensaba en qué sería yo como para saber de su naturaleza. Le convenía no averiguarlo.
Estaba atardeciendo, los rayos de sol se iban escondiendo dejando un panorama rojizo a nuestro alrededor.

-Muy bien, guarda tus secretos, bloquea tu mente, pero ya se lo que eres y tienes que ocultarlo bien... en Evernight es peligroso ser de las tuyas....-

Miré nuevamente el reloj, faltaban menos de veinte minutos para que Lucas saliera de la academia.

-Me tengo que ir- extiendo mi mano para presentarme y asi marcharme de ahí -Soy Bianca... Bianca Oliver-

La muchacha respondió positivamente ante mi negativa de contarle cosas sobre nosotras, era demasiado recelosa para hablar sobre ello. Me sorprendió bastante que no insistiera aunque eso no impidió que siguiese con la mente bloqueada, una vez que lo hacía no me costaba nada mantenerme en esa situación.

Dijo algo sobre que debía ocultarlo bien, cosa que sabía desde que tenía uso de razón, pues siempre habíamos estado mal vistas, aún así me sorprendió que dijese que en Evernight era peligroso para nosotras, a que se refería? No pude evitar preguntárselo – Cómo que aquí es peligroso ser como yo?¿Ocurre algo? – no sabía si me iba a contestar, aunque si que lo deseaba.

La observé volver a mirar su reloj, y mi idea de que había quedado se reafirmó cuando dijo que se tenía que ir. – Ariadna – dije mientras le estrechaba la mano sin bajar las defensas.

-Tan solo toma el consejo, y no hables de esto con nadie, tu no sabe que se cuece aquí- dije señalando la academia.

-Mucho gusto Ariadna-Separé mi mano de la suya y me quité unas cuantas ramitas que se habían pegado a mi abrigo, seguramente mientras trepaba el árbol.

Tenía ganas realmente de que alguien mas supiera de las cosas que ocurrían, pero no podía contarlo, ni siquiera al amor de mi vida.
-Hasta la próxima...cuidate- finalicé en un susurro mientras giraba sobre mis talones encaminándome nuevamente a la Academia en espera de Lucas. Solo que daban unos mínimos minutos para verlo, y realmente lo necesitaba, el era el único que aplacaba mis nervios.